Las baterías no contienen electricidad. En lugar de electricidad, almacenan energía química para producir energía eléctrica de corriente continua.
Las baterías producen una corriente eléctrica a través de una reacción que convierte la energía química almacenada en energía eléctrica. Este proceso comienza en el corazón de la batería, el material activo reciclable. La carga invierte el proceso de descarga
Las celdas de la batería consisten en placas positivas y negativas (cada una con diferente aleación). Las placas contienen material activo (plomo reciclable) y se suspenden en una solución electrolítica (ácido sulfúrico diluido). La caja de la batería alberga estos componentes, manteniendo la visión electrolítica y manteniendo todo junto.
Cuando extraemos electricidad de una batería, por ejemplo, para encender un automóvil o encender una luz, la celda se descarga. Durante este proceso, el azufre en los electrolitos se une con las placas de plomo, lo que provoca la liberación de electrones. Los electrones viajan desde la terminal negativa hacia la carga (por ejemplo, el arrancador de un automóvil o una bombilla de luz) y regresan a la terminal positivo. Estos iones móviles crean corriente.
Durante la carga, aumentamos el voltaje en los terminales de la batería. Los electrones viajan a la batería donde se unen con azufre y vuelven a ingresar al electrolito. Una manera fácil de pensar en el proceso: la carga invierte la reacción electroquímica que tiene lugar cuando las baterías se descargan.
Las placas son vitales para la vida útil de la batería, y las reacciones químicas las corroen lentamente. Estas reacciones dificultan la capacidad de una batería para transportar corriente eficientemente. Después de algún tiempo, esto llevaría a la falla más común de la batería: un cortocircuito interno.
Las placas más gruesas y duraderas resisten la corrosión por más tiempo. También contienen más material activo, la materia prima para las reacciones químicas, y eso se traduce en una mayor durabilidad de la batería.
Por ejemplo, Crown utiliza las rejillas más gruesas de la industria y el máximo material activo por amperio-hora de capacidad nominal. Reducir el material activo y el grosor de la rejilla reduciría los costos de fabricación, pero recortaría la vida útil y el rendimiento de la batería.
En Crown Battery, fabricamos todas nuestras baterías de plomo en nuestra sede central con certificación ISO 9001: 2015 en Fremont, Ohio. Solo durante las últimas dos décadas, hemos invertido miles de horas y millones de dólares en I + D, pruebas, fabricación y métodos de producción avanzados para construir una mejor batería; un proceso que comienza con las rejillas más gruesas y pesadas y el material más activo.